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jueves, 21 de febrero de 2008

Recuerdos de risas, miedos y sabores, recuerdos de la infancia (primera entrega)



Casi todo es válido cuando uno es niño ante los ojos de la sociedad, desde el típico berrinche en el que el denominado “mocoso” se tira en el piso, mientras consigue, con sorprendente destreza, retorcer su cuerpo con espasmódicas pataditas, proferir alaridos, y llorar, todo al tiempo; hasta los excéntricos gustos al momento de elegir el sabor del helado, yo recuerdo con nostalgia cuando iba a las heladerías y me paraba frente a la vitrina para cerciorarme de que, detrás, hubiera uno con ese color pitufo, ese color que por su sola tonalidad debía despertar desconfianza hasta en el más incauto; yo no sabía leer, pero con divisar ese tonito “celeste patito” era suficiente, una y otra vez mi elección era la misma, no importaban las incontables ocasiones en las que mis padres intentaran disuadirme de cambiar mi elección, o las amenazas de quedarme sin helado, ante esta posibilidad solo tenía que agrandar mis ojos y poner esa expresión de “aquí viene el berrinche” para, en breves minutos, encontrarme saboreando mi chiclosa elección. La alegría total llegaba cuando ya había chupado la mitad de mi helado, cuando mi lengua y mis labios ya estaban medio amortiguados, y pintados con ese delatador tono azul, esa era la felicidad….

4 comentarios:

munkyman dijo...

pitufo, pituuufo!!!, oigame eske la editora de este blog yo creo ke era pariente directa del gargamel... pero se dan cuenta todos los suspiritos azules ke dieron su vida para yenar un botecito de ese helado ke se comian sin el menor remordimiento... nooooo... noooo es ke si son unos hijos de azrael!!

Anónimo dijo...

Gargamel era yo misma, ergo, a mi tb me encantaba ese sabor. Luego me convertí en una chica dulce y nada gruñona cuando le empecé a tener gusto a las cosas buenas de la vida, o sea el vodka con jugo de naranja y el café expreso.

Unknown dijo...

debió existir un helado Gárgamel, cachas? jajaja, hubiera sido buenazo, para quienes no creemos en los buenos de las películas...jajaja!
además, nos estábamos comiendo helado de estracto de pitufo...!

Unknown dijo...

Qué buenos tiempos aquellos, en los ke uno no se preocupaba de otra cosa ke jugar, imaginar, crear y vivir mundos propios para ser feliz. Los recuerdos están compuestos de imágenes, olores, sabores; sensaciones en general. Q riko recordar como hubo ke inventarle un nombre a un helado que no estaba hecho de ninguna fruta: el pitufito!!! Solo tokaba esperar ke toke la sirena para el recreo, sacar 100 sucres del bolsillo y cambiarlos por una explosión de sabor azul. Sí, eso también era la felicidad.