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viernes, 8 de octubre de 2010

EFECTO CRIPTONITA

Hace ya tres semanas volví al mundo laboral de aquellos que deben justificar sus ocho horas de prisión, sin tomar en cuenta el tiempo que se dedica al almuerzo. Luego de estar venturosamente alejada de las “nóminas laborales” por casi dos años, acostumbrarme a este hecho no ha resultado sencillo. Y se preguntarán ¿cómo vive esa man? Yo también quiero ganarme el loto “para mí solito” y vivir libre por la vida… la verdad es que no estaba completamente libre, pero trabajaba por horas, así que sacrificaba mi libertad por periodos cortos, lo que solo me entristecía por lapsos.

Pero hace poco recibí una llamada en la que me daban la “buena noticia” (así me dijo la chica que me llamó) de que tenían listo mi contrato (en una de esas empresas “serias” en las que abundan los papeles) y que necesitaban que empiece a trabajar cuanto antes… casi me caigo cual condorito, yo había dejado mi carpeta en ese trabajo sin saber bien cómo era la cosa, o mejor dicho, sin querer entenderlo bien, la cosa es k ese grillo que vive en mi cabeza sabía que era un trabajo que no quería hacer, pero buehh, lo dejé al azar, como la mitad de las cosas que hago….

Pero volviendo al relato, la muchacha esperaba mi respuesta en la línea, así que yo, con el mejor tono de alegría que fui capaz de imprimirle a mis palabras (es lo que mi interlocutora esperaba… algo de emoción frente a las buenas nuevas), respondí:” ahhhh, listo, yo me paso en el transcurso del día”. Como niña educada, me despedí cordialmente y colgué. Acto seguido… risas nerviosas. Nooooooooooo, ese grillo sabelotodo acertaba otra vez, era cierto, no quería ese trabajo. Si se preguntan por qué lo acepté…. Tal vez no suene como una buena respuesta, tal vez solo alcanza a ser una justificación, pero creo que fue porque eso era lo que la gente seria espera de mí, después de todo es un buen trabajo, y toda esa nota… pero a fin de cuentas lo que importa es que no es lo mío, lo malo es que ahí surge otra pregunta: qué es lo mío… pero como no tengo claro esha movida, mejor no le pongo más cabeza.

Y así empezaron mis días de ente productivo a tiempo completo y sin cobrar horas extras. (aunque me las pagaran, prefiero no quedarme) Y es chistoso, porque cada vez que estoy en casa siento que voy a poder hacerlo, que no es algo difícil, que llegaré y trabajaré, lidiaré con la gente, y llevaré y traeré papeles, digo, la teoría es fácil, pero llego y todo se diluye, la fuerza se me escapa, experimento con claridad el efecto criptonita… ahora entiendo perfectamente a Superman. Pero como soy valiente, heme aquí luchando, y contando los días para que llegue diciembre, ese será el plazo, después, topetín. No vaya a ser que el aparato productivo del país termine absorbiendo mi alma por completo. XDDD