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viernes, 29 de febrero de 2008

Recuerdos de risas, miedos y sabores, recuerdos de la infancia (segunda entrega)


Quién no conserva recuerdos de la infancia?, la memoria es básica en mi vida, soy, de alguna manera, una caja de recuerdos, algunos de ellos, me han acompañado por tanto tiempo que ya no se qué parte de ellos es real, y qué fantasiosa; tal vez ese sea el único problema de ser niño por tiempo tan prologado. XDDD
En cualquier caso, uno de esos gratos recuerdos es el "pleilanpar", cómo me emocionaba que llegara a Quito esa vieja colección de máquinas traqueteadoras, apenas pasaban la propaganda en la tele, esa de "YA LLEGÓ A QUITO... DETRÁS DEL CCNU.." buscaba mi chompa, terminaba temprano los deberes y alistaba mi mejor cara angelical, con algo de suerte, conseguía que el viernes o sábado por la noche, me llevaran; puedo recordar el frío en mis piernas, el olor a pasto húmedo mezclado con el dulce aroma del algodón de azúcar y las manzanas encarameladas.
Siempre me gustaron los juegos en los que uno sale batido el mate, mientras más vueltas, mejor; entonces, me subía a las tazas, al huracán, me repetía las tacitas, y rellenaba con un par de juegos permitidos para los niños de mi edad; luego, disparaba un par de veces esas escopetas k están diseñadas para k el mejor apuntador no acierte una sola vez, y gracias a mi pésima puntería, lograba atinarle a los chicles o a los bandidos :)
Luego, comiamos algo, y regresabamos a casa, como toda buena niña, llegaba y encendía la televisión ... ahora viene uno de esos recuerdos medios raros, siempre que llegaba del "pleilanpar" pasaban el Hombre Elefante, una película que, definitivamente, me marcó; hasta ahora recuerdo con claridad la escena en la que el hombre elefante se quita la almohada, las imágenes en mi memoria son tan vívidas que me estremecen.
Yo me pregunto si habría sido la misma de no haber cumplido diariamente con el reglamentario achicharramiento de ojos frente a la pantalla de televisión, viendo series como Marco, Candy Candy, Angie, Peline, y repitiendome una y otra vez la película de Dumbo, temiéndole hasta el cansancio a esa escena en la que él y su amigo ratón se emborrachan, cuando aparecen los elefantes de colores que se forman de las burbujas, y marchan, y se multiplican al ritmo de la música... nooooo!!! Esa escena todavía me pone la piel de gallina...
La nuestra sí fue infancia, nada de programas educativos, cero Discovery Kids, nada de TV Cable, crecimos con la televisión cruda y desnuda, y la correa (no es campaña política) y aún así, salimos medio normalitos... o no?

viernes, 22 de febrero de 2008

Exponiendo las vergüenzas al sol



Bueno, por fin me he animado a postear un poemita mío, un tanto viejito y empolvado, pero buehh, ojalá les guste, aunque sea un poquitín.
**Avisarán si está muy emo, XDDD

Mis ojos observan figuras envueltas
en bruma, aquel aire espeso
me traga,
respiro con dificultad;
sus entrañas son como navajas
que punzan mi piel;
algunas de ellas logran rasgarla.

Puedo sentir el ardor;
mi piel de desgarra y da paso
a ese líquido viscoso;
su olor me invade,
necesito oler mi propia sangre
para saber que lo que se me
escapa es la vida.

Mi vida fluye,
danza y se aleja,
ese brillo escarlata deja de pertenecerme.
Yo me quedo inmóvil y
disfruto de la sensación
de saber que me desvanezco.

jueves, 21 de febrero de 2008

Recuerdos de risas, miedos y sabores, recuerdos de la infancia (primera entrega)



Casi todo es válido cuando uno es niño ante los ojos de la sociedad, desde el típico berrinche en el que el denominado “mocoso” se tira en el piso, mientras consigue, con sorprendente destreza, retorcer su cuerpo con espasmódicas pataditas, proferir alaridos, y llorar, todo al tiempo; hasta los excéntricos gustos al momento de elegir el sabor del helado, yo recuerdo con nostalgia cuando iba a las heladerías y me paraba frente a la vitrina para cerciorarme de que, detrás, hubiera uno con ese color pitufo, ese color que por su sola tonalidad debía despertar desconfianza hasta en el más incauto; yo no sabía leer, pero con divisar ese tonito “celeste patito” era suficiente, una y otra vez mi elección era la misma, no importaban las incontables ocasiones en las que mis padres intentaran disuadirme de cambiar mi elección, o las amenazas de quedarme sin helado, ante esta posibilidad solo tenía que agrandar mis ojos y poner esa expresión de “aquí viene el berrinche” para, en breves minutos, encontrarme saboreando mi chiclosa elección. La alegría total llegaba cuando ya había chupado la mitad de mi helado, cuando mi lengua y mis labios ya estaban medio amortiguados, y pintados con ese delatador tono azul, esa era la felicidad….

miércoles, 13 de febrero de 2008

III. De cómo esta humilde servidora tuvo que empeñar su alma para conseguir un juguete infantil


Todo empezó un día en el que visité un kiosko de películas piratas, de esas que se venden a un dolarito cincuenta; estaba parada frente a la sección infantil, con la mirada extraviada, repasaba una y otra vez las reproducciones de las portadas: el Rey León, que iba desde su primera entrega hasta la aventura senil de Timón y Pumba, etiquetada como la aventura VIII, lo mismo ocurría con La Sirenita y todas las películas de Disney, hasta la Bella y la Besita!! -estos manes no han escuchado que las segundas partes son un fracaso, bueno, menos la de Shrek, pero debe ser porque no es de la productora de orejas y cola-. En todo caso, repentinamente mis ojos se posaron de lleno sobre una portada, era una muñequita con ojos de rayita, sin nariz, y con una gran sonrisa, estaba tan adorable que tuve que comprarla.
Una vez que llegué a casa, me acomodé para ver si había fracasado o no con mi elección, la muñequita resultó llamarse Pucca, vi todos los episodios, sin darme cuenta que poco a poco me estaba convirtiendo en una puccadicta!!! Luego, busqué infructuosamente otras películas de Pucca, por suerte, en youtube, el verdadero opio de los pueblos, pude ver otros tantos capítulos; finalmente, cuando ya había perdido las esperanzas, encontré un par de películas más. Debo admitir que para ese momento ya estaba diagnosticada con PUCCAFILIA!!
En todo caso, parecía que ya había logrado superarlo, cuando, de la nada, la caja tonta suelta una propaganda de Mierdonald´s, en la que anunciaban que en la "k-kita feliz" venían los personajes de PUCCA!!!! NOOOOOOOO!!! era mi karma, mi religión no me permite acercarme a sitios como ese... Pero tenía que conseguir la muñeca, así que me armé de valor, y un buen día del señor, a eso de las 4 de la tarde, me acerqué al Mierdonal´s de la Patria, hice la fila, y al llegar, con una voz pequeñita, ordené una k-kita feliz, el muchacho del mostrador me preguntó : "¿con hamburguesa o con nuggets?" a lo que yo respondí, con voz firme: "con la muñeca de PUCCA" el muchacho me miró con un atisbo de temor, buscó en la bolsa, y me extendió la muñeca... a continuación, ojos de bob esponja y felicidad... ahí la tenía, ya me podía ir, no tenía que soportar más estar en ese sitio, con el pto payasito!!! Al salir, casi me olvido de la k-kita...
Debo admitirlo, me comí las papas y me tomé la cola, pero nada de hamburguesas, ese placer se lo dejé reservado para mi amiga Amérika, XDDD.
Bueno, ahora mi muñeca de Pucca reposa en mi casita. Un día, cuando le contaba a una amiga lo que hice para conseguir la muñequita, ella me dijo que tenía alma de niña, y yo le respondí que sí, que mi glándula pituitaria psicológica debía estar descompuesta... y eso me hace feliz.

martes, 12 de febrero de 2008

Siga nomás, atrás hay puestos!!


Para quien busque tener una aventura que ponga a prueba sus nervios de acero y sus reflejos, no tiene que esperar a llegar a su casa y encender su consola de juegos, nisiquiera debe esperar a reunirse con sus amigos para su juego de rol, lo único que debe hacer es intentar transitar por las calles capitalinas, ya sea como peatón, o escudado detrás del volante de un automovil, o como pasajero de un bus; en la mayoría de los casos, mi situación es la segunda (mi pokebola me lleva al trabajo); cada mañana, salgo a las 8:20 de mi casa -está bien, vivo en el otro lado del mundo, eso de "un lejano pueblito norteño" no era solamente una nota de humor, es la realidad de mi vida- y me dirijo al lugar en el que me roban mi alma por ocho horas, a cambio de unos papelitos verdes en los que se imprime la foto del señor Washington o Lincoln, según la suerte que tenga.
Luego de abandonar mi morada (aunk en realidad es blanca), y darle dos vueltas a la cerradura de la puerta pensando que eso alejará a los amigos de lo ajeno de mis pertenencias, me dirijo a mi pokebola y empiezo la travesía Carcelén-Seminario Mayor, mi primer obstáculo es "comoanimaleh" un mono con un escalofriante parecido a Abdalá, que tiene una tienda, y ha decidido que el mejor lugar para acomodar su carcacha es la salida del parqueadero del conjunto en el que habita esta servidora... Buehh, una vez esquivados el rótulo de cocacola y el LADA de "comoanimaleh" empiezo mi camino, esquivando a la buena voluntad de los conductores de la CATAR que intentan llevarme estrellada en su guardachoques, para ahorrarme la gasolina, y a los conductores de los autos pequeños, que, en su intento por esquivar lo baches, se olvidan de los otros carros.
El siguiente obstáculo es la cabeza de vasenilla de los chapas que intentan disfrutar su instancia de poder creyendo que son capaces de dirigir el tráfico -muchachos, tantas horas parados al sol con ese casco y ese uniforme, créanme, les ha afectado enormemente-.
Finalmente, en la bajada de la Gasca, ese sí es el nido de los buseros abusivos, hay que tener suerte para que los buseros no te quieran llevar como un par de caballos extras de fuerza para su motor; el otro día tuve que subirme a la vereda para esquivar el ataque de uno de esos amables transportistas.
Eso sí es adrenalina, luego tantan diversión cinco días a la semana, en dos entregas diarias, los nervios quedan templaditos, casi como después de bajarse de la montaña rusa.

Ceci n´est pas une pipe, Ni este es un blog!


Bueno, me he dejado seducir por la idea de tener un blog, no ha sido una decisión sencilla, siempre están los "peros", como el hecho de que soy vaga, inconstante, medio tímida (aunque lo disimule), y, he dejado el más importante para el final: PELEADA CON LA TECNOLOGÍA; además, claro, está el pánico escénico de qué mismo pondré en el blog.
Luego de tanto cavilar, me decidí, un poco empujada por quienes conocían mis secretas intenciones, y hasta me anunciaban con un "cominsun"; asi que a un lado la cobardía, y manos a la obra, para el deleite de grandes y chicos, o para sacarme un poquito los cucos que me presiguen, aquí está mi primer post en el In the mood for blog, mientras yo estoy sentada frente al computador, fingiendo que trabajo, poniendo cara de aburrimiento, siendo y no siendo una pieza dentro del aparato productivo ecuatoriano, malditas clases con el Fernando Albán, ya parece que estoy traspasando el umbral para llegar al devenir...